Es sobradamente conocido que las trabajadoras embarazadas están blindadas frente al despido, al igual que lo están mientras se encuentran de baja maternal (cuatro meses). Lo que menos empresas saben es que esa protección se extiende más allá de la baja por maternidad, una vez se hayan reincorporado a su puesto con normalidad. Y al igual que un embarazo y su consecuente protección dura nueve meses, ése es exactamente el tiempo de “blindaje postparto” con el que cuentan.

El Tribunal Supremo acaba de sentenciar, y además en unificación de doctrina, que el despido antes de cumplirse los nueve meses desde la fecha del parto sólo puede ser declarado nulo o procedente, por lo que no cabe en ningún caso la improcedencia.

Esto significa que incluso un solo día antes de cumplirse esos nueve meses marca la diferencia entre que un despido sea declarado improcedente o nulo (lo que conlleva la readmisión y tener que abonar salarios de tramitación).